Criaturas

Y, sin embargo, estaba todo dicho. Ella intuía que no iba a servir para nada, que no era más que otro inútil intento por negar lo evidente para calmar su conciencia.
Lo cierto es que había veces en que se le enredaban las palabras y creía estar en un lugar donde no existía ni el tiempo ni el espacio, se le fundían el pasado y el presente y el futuro comprendía tan sólo el segundo siguiente.
Pero no podía hacer otra cosa. Por más que se esforzaba en borrarlo todo, lo único que conseguía era taparlo, ocultarlo de puertas a fuera con la absurda convicción de que no existe de lo que no se habla. Pero ella sabía que no era así, estaba convencida de que existía, porque algunas noches solitarias le despertaba su latido de criatura inquieta, lo notaba escrutando todos los rincones de su ser y se dormía rodeado por sus brazos. Era tan desconocido...
En todos los años que conformaban su vida creía haber visto y sentido de todo, pero aquella sensación era desconocida, no tenía nada que ver con lo anterior y eso la inquietaba porque no sabía muy bien cómo enfrentarse a lo desconocido y su habitual seguridad se tambaleaba hasta volverse quebradiza.
No, no se reducía a deseo o a convencionalismos de esa índole. Era una mezcla de aislamiento, soledad y observación. Sabía que sería capaz de pasar una vida sin hablar, tan sólo contemplando el horizonte y notando su cercanía. Tan sólo eso. Pero tan simple resultaba que se volvía imposible.
Intentaba no pensar en nada y obviarlo todo pero no podía porque quisiera o no, los pasos sigilosos volvían a oírse al cabo de un tiempo recordándole que existía y entonces no podía evitar volver a sumergirse en aquel mar de lejanos recuerdos...
Vivía en dos mundos diferentes simultáneamente y creía tener fuerzas para habitar ambos. Obviamente uno era el real, donde nada se podía manejar, estrictamente ordenado en su jerarquía de horas, minutos y segundos. El otro era su mundo interior, aquel que sólo ella conocía y que había conformado a su antojo a lo largo de toda su vida, quitando los elementos que la incomodaban y llenándolo de cosas que le resultaban gratas.
Intentaba compaginarlos los dos, de manera que cuando consideraba que llevaba demasiado tiempo en uno, se escapaba al otro un rato y así aguantaba poco a poco su existencia.
Lo que más la llegaba a incomodar era el convencimiento de que tarde o temprano todo acabaría. Y, de hecho, podía acabar de mil formas diferentes. Pero como hace tiempo aprendió sólo cuentan los segundos, no hay nada más, y con un manotazo alejaba ese hecho de sus días, intentando disfrutar de un momento que en realidad no existía y que con toda probabilidad jamás sería real. Y se preguntaba cómo aguantaría sin perder el juicio toda una vida esperando algo que jamás iba a llegar. Aún así, se esforzaba en no agobiarse porque se sentía abocada a eso, como si su destino estuviera ya determinado y nada de lo que hiciera pudiera cambiarlo. Así que cuanto antes lo aceptara, tanto mejor.
Realmente daba igual que las circunstancias cambiaran o que pasasen mil años y se convirtiera en ceniza. Quedaría enquistado para siempre, escrutando su vida en noches solitarias...
 

© PAUL'S RESURRECTION
Todo lo que aparece en este blog es todo del mismo. De acuerdo con Creative Commons,tenemos copyright en este blog; por lo que se prohíbe totalmente la copia,robo de fotos y texto,y plagio de alguna de las columnas,etcétera. Si esto no es cumplido,se llevará a cabo medidas contra ello. Revolution Elements by Blozard. Original WP theme by Jason Schuller | Distributed by Deluxe Templates