Hace un momento, casi sin querer (como se hacen las cosas importantes de esta vida) he rescatado del olvido tu última carta. Me ha costado abrir el sobre y apenas he podido reconocer tu letra impresa para siempre en un folio rancio, amarillo de puro olvido. Aquella misma en la que con un "hasta siempre" y "un beso" te borrabas para siempre de mis días.
Fue como si hubieras muerto, me obligué a pensar así, consciente de que nunca jamás, por muchos años que viviera, volvería a verte.
Hoy a tan sólo unos días de tu treinta cumpleaños (soy tan absurda que todavía me acuerdo de la fecha) te he rescatado de la caja del olvido. Han pasado muchos años, es cierto, pero aún recuerdo cómo el amor me pasó de parte a parte por primera vez en mi vida. Y aún recuerdo también como tu ausencia partió mi existencia en dos mitades que jamás se volvieron a juntar.
¿Quién serás ahora? ¿Cómo será tu vida? Si lo pienso fríamente no me importa en absoluto, hace tiempo que moriste, ¿recuerdas?.
Me enseñaste una parte de la vida que no había conocido hasta entonces, pero lo malo es que también me enseñaste la otra cara de la moneda.
¿Sabes qué? Algunas veces, en todos estos años, he soñado contigo. Hasta en sueños me quedaba sorprendida de verte de nuevo, con esa claridad absoluta, con aquellos ojos de un azul imposible. Cuando despertaba me sentía tan vacía...
Pero hoy al leer de nuevo tu última carta, aquella en la que te borrabas de mi vida con un "hasta siempre" y "un beso", pienso que todo fue mentira, que ni tú eras quien recuerdo ni yo soy aquella a quien me cuesta recordar.
Hoy soy yo la que se despide de tí, de tu inmutable recuerdo de catorce años, tres meses y veinte días, soy yo la que te dice "hasta siempre".Pero el beso me lo guardo para mí. Por si acaso lo necesitara algún día...
PD: he cogido prestado el título de un libro de Zoe Valdés, espero que no le importe.
martes, 8 de septiembre de 2009
Querido primer novio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 absentas:
Publicar un comentario