Me has mirado en la distancia, donde las agujas del reloj por fin se toman vacaciones y van a la hora que les apetece.
Te he mirado y ni siquiera me he dado cuenta. Mis ojos no se han encontrado ni con tus ojos ni contigo. Un simple recuerdo alegórico de una mirada. Una imagen clavada en la retina del recuerdo que no representa nada. Es demasiado ficticia para ser significativa. Un símil de tu imagen tan real que casi puedo tocarte con mis manos incorpóreas de brisa marina.
He creído escuchar tu voz camuflada en el murmullo de las olas, en el punto donde el mar se convierte en arena removida. He decidido sucumbir de nuevo al recuerdo, que me tentaba sin tregua conocida. Siempre tratando de escapar de la mirada que hoy me ha asaltado de repente...
lunes, 14 de septiembre de 2009
Falsas apariencias
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